¡Bienvenidos todos en este día tan especial! O eso es lo que me gustaría haber podido decir ayer. Así que vamos a hacer una cosa, un pequeño juego entre vosotros y yo. Vamos ha fingir que hoy es ayer, vamos a pretender que estoy publicando esta entrada el día Martes 9 de mayo de 2017 y no el día 10 ¿vale? ¿Podéis hacerme ese favor? ¿Si? Bien, pues comencemos:
¡Bienvenidos todos en este día tan especial! Hoy es un día especial por muchas razones, principalmente por tres:
-Hoy es el cumpleaños de mi abuela materna (Felicidades Abu😘).
-Hoy es el 157 aniversario de uno de mis autores favoritos: James M. Barrie (Soy súper fan de Peter Pan y no me dí cuenta de que creé el blog el mismo día en el que su autor nació😅).
-Hoy el blog cumple 3 añitos (mi bebé 😍).
Y para celebrar dos de esas cosas he contado con la ayuda de una mujer excepcional: Alba Quintas Garciandia.
El Viernes 5 de mayo Alba realizó una presentación de su nuevo libro en la "Casa del Libro" de Vigo y me concedió el honor de entrevistarla.
Fue una entrevista muy divertida y llena de risas. Alba es una persona con la que me podría pasar horas hablando y no me cansaría. Hay algo especial y dulce en su forma de hablar y de ver las cosas. Algo puro y lleno de luz que me atrae y me gustaría poder volver a hablar con ella en otra ocasión.
Conocer a Andrea Tomé también fue algo que se ha quedado grabado en mi memoria.
Pero bueno, demos paso a la ENTREVISTA:
¿Cuando decidiste que querías ser escritora?
La verdad es que no tengo un momento específico en el que dijera: por esto quiero ser escritora.
No tengo un suceso que me cambiara. Desde ya muy pequeñita mi madre me puso siempre libros en las manos y yo leía muchísimo. Creo que fue natural el querer ser alguien que pudiera contar esas historias que hicieran soñar tanto como me hacían soñar a mi de pequeña.
No sé, para mi fue un proceso completamente natural. Llevo escribiendo novelas desde los 11 años.
¿Novelas completas desde los 11 años?
Eh... que acabara, la primera a los 13 años.
En 2012 te presentaste con “Al Otro Lado de la Pantalla” al Premio Internacional de Jordi Sierra i Fabra, ¿fue el primer concurso al que te presentabas?
(risas) Al Jordi me presenté antes otras dos veces. Lo gané a la tercera. Fue muy gracioso porque quedé primera de la Lista de Honor de Plata, después primera de la Lista de Honor de Oro y entonces me llamó Jordi y me dijo: Jo, preséntate al siguiente año que por pura regla matemática ganas.
Y gané. (risas)
Pero realmente lo que hizo el concurso de Jordi fue que, a los 14 años, alguien que escribía, pues, obviamente sola, en clase, sin contárselo a sus compañeros, pues cogiera y le diera sentido a todo ese trabajo. Fue un encauce maravilloso.
La primera vez que te presentaste, ¿como llegaste a presentarte? ¿Como conociste el concurso?
Umm... si te soy sincera creo que fue por una página web que antes tenía SM para adolescentes. Se llamaba “Fuera de Clase”, que, no sé si os acordaréis alguno (risas) porque es realmente antigua y la cerraron hace muchísimo, pero antes la tenían con un montón de artículos, de foros, de material que estaba muy bien... y en uno de los artículos aparecía el Premio y me enteré por esa página pues yo solía visitarla de vez en cuando.
¿Como te sentiste cuando ganaste?
(risas) Me atraganté con fresas con nata. Eso estuvo muy bien. Pero en un principio no te lo crees y, hasta pasados unos meses, no asimilas lo que significa haber publicado con 17 años, que es algo que no le pasa a mucha gente. Tampoco estoy muy segura de si es bueno. De hecho, siempre vivo con el miedo de que, a lo mejor, me voy a quemar muy pronto por haber empezado tan joven en este mundo. Pero bueno, en aquel momento la euforia, el entusiasmo y todo, eran desbordantes.
Cuando ganaste te atragantaste con fresas con nata, ¿y cuando te enteraste de que “Al Otro Lado de la Pantalla” había sido traducido al alemán?
(risas) Esa fue extraña porque me llegó la carta en alemán y no entendía nada. (risas) Porque, claro, me mandó SM la carta directamente y luego recibí el mail con lo que había pasado y dije: ¡Ostia!
En un principio fue todo muy confuso, (risas) pero también me costó creérmelo. Me llegaron ayer
(4/05) ejemplares de la 3 o 4 edición y es como: ¡Ala, que está en alemán! Que cosas.
Volviste a coronar el podio en 2015 cuando conseguiste el Premio Extraordinario en el certamen de La Caixa/ Plataforma editorial con “La Chica del León Negro” un año después de publicar “Globe”. ¿No te sentiste intimidada por el rumbo que estaba tomando tu carrera como escritora?
Umm... no. Intimidada no. De hecho, muchas veces, lo que me intimida es el propio ansia de querer siempre más, de querer dar un paso adelante cuando puede que el sitio en el que estés es donde debes estar. Yo soy de las que se tiene que bajar un poco las expectativas, el perfeccionismo, la ambición y todas esas cosas. Porque al final acabas demandando cosas de ti mismo que realmente no tienes porque cumplir porque ya estás haciendo muchas cosas y ya tiene mérito lo que haces. No hay porque pedir más. Y, además, acaba siendo poco sano para tu relación contigo mismo.
Entonces, intimidada no, porque tenía un bagaje y estaba muy contenta con la novela, pero también estaba preocupada porque esa novela tuve que enviarla en tiempo récord. Acabé de escribirla el mismo día que finalizaba el plazo y la envié sin revisarla. ¡Totalmente descontrolado el manuscrito! (risas) Entonces estaba preocupada por todo el trabajo que tenía que hacer en muy poco tiempo.
Dicen que el autor siempre pone algo de sí mismo en sus obras, ¿tienen tus libros algo biográfico?
Umm (risas), intento que no porque, primero, me cuesta muchísimo escribir sobre mi misma y, de hecho, cuanto más se acerca un personaje a como me percibo yo o a mi manera de pensar, siento que me va costando más desarrollarlo y, segundo, siempre digo que soy contadora de historias y no me gustaría caer en el egocentrismo por así llamarlo.
Yo de la autobiografía suelo huir. Es un género que tiene muchísimo mérito escribirlo y admiro mucho, de hecho lo leo mucho, pero suelo huir de él.
Pero que siempre hay ideas, valores, sentimientos... eso nunca lo vas a poder cambiar y de hecho espero que, al final, todos los libros tengan algo de lo que yo estaba sintiendo en el momento en el que los escribía.
¿En que te inspiras a la hora de escribir?
En todo. Yo creo que todos los artistas tenemos que ser como esponjas. Esto tiene su parte buena y su parte mala porque todo nos afecta de una manera distinta o más extrema. Pero todo eso lo puedes acabar convirtiendo en arte o lo puedes canalizar a través de tus creaciones. Yo, realmente, cualquier cosa que haga chispa en mi cabeza lo cojo y lo meto dentro.
Mis conglomerados de ideas antes de ponerme a planificar una novela suelen ser interesantes porque hay cosas muy diversas.
Me inspiro de todo lo que me rodea: libros, películas, noticias..., todo.
Con la “Flor de Fuego” estás publicando ya tu cuarto libro, ¿que representa exactamente para ti?
Personalmente, como libro ha sido mi favorito porque fue un libro cuya primera versión escribí estando muy mal. En esa época estaba fatal mentalmente y el primer manuscrito se llenó de mi depresión, de la negatividad, de deseos de no hacer nada, de darlo todo por perdido y también por eso, un vez fue finalista del Neo, lo dejé en el cajón. Yo no quería saber nada de esa Alba que yo sabía se había quedado allí dentro. Quería vencer a esa Alba, superarla.
La cogí un año y medio más tarde porque sabía que la idea era buena y porque quería hablar de Columbine, quería hablar de tiroteos y porque yo me considero escritora de realismo y este tipo de novelas son las que yo más siento.
Ya cuando la cogí, yo había salido de todo aquello (la depresión) y parte de ese proceso de reescritura fue parte de mi proceso de recuperación. Esta novela, para mi, lo que simboliza es el proceso de recuperación. De como empezó en el Infierno- porque aquello era el infierno- y como, 2 años más tarde (que fue lo que duró la recuperación), salí de ello totalmente.
Al final, es un símbolo de esperanza.
¿Porque escoger la matanza de Columbine? ¿Porque un tiroteo?
Uh, uh, uh. Es complicado (risas). Supongo que porque soy de las que cree que el mundo de los adolescentes, al final, está lleno de de violencia. Yo recuerdo escenas de mi propio instituto de peleas muy agresivas, de ver chavales con la cabeza reventada contra la acera, de ver cosas que me marcaban muchísimo pero a la vez yo, por alguna razón, llegaba a pensar que eso era normal.
Esos típicos gritos de: ¡pelea pelea...! Y nadie se plantea que estamos animando la violencia.
Yo quería hablar de esa violencia en un adolescente y supongo que los tiroteos me parecían el caso más extremo, la punta del iceberg.
¿Como fue el proceso de escritura de “La Flor de Fuego?
(risas) Una locura. Una locura porque tenía un montón de ganas de jugar con recursos, con la propia escritura, con sus posibilidades. También me lo planteé como un reto de todo lo que había aprendido en la carrera.
Yo tengo muchos problemas con la universidad y no salí muy convencida de ello, pero quería que me sirviera para algo, que me sirviera para lo que más me gusta hacer que es escribir.
Estuve allí jugando con contradicciones conmigo misma y sí que fue una locura pero, al final, es el trabajo que más me ha llenado.
Según mis cálculos (suspendí matemáticas) tienes 23 años, ¿como te sientes habiendo publicado 4 libros?
Tengo 23 justos. Como no sé muy bien como hemos llegado a esto (risas), osea, yo escribía y han pasado tantas cosas (risas) y no sé que ha ocurrido. Realmente no sabría que decirte, creo que ni yo misma me lo acabo de creer. Si me lo pongo a pensar enserio... tampoco quiero tomármelo muy enserio ¿sabes? (risas) Me intimida. Ya te digo, hay un montón de miedo, de dudas, de: ¿a dónde voy a llegar? He empezado muy pronto. Me voy a cansar.
Hay un montón de cosas y entonces prefiero no pensarlo.
Tienes un estilo de escritura muy definido y bonito, ¿que autores te marcaron como escritora?
Ummm... me acuerdo de la primera vez que leí a Dumas, “Los tres mosqueteros” es mi novela favorita porque cuenta una historia que él sabía que iba a apasionar a su época. De hecho, escribió auténticos bestsellers y, no sé, supongo que me enamoró ese gusto por las tramas interesantes, por la emoción, por transmitir cosas...
Me marcó muchísimo. Yo quiero escribir algo que que tenga tanta calidad como eso pero que a la vez haga disfrutar. Porque creo que una cosa con la otra nunca debería estar reñida, muy al contrario de lo que mucha gente piensa.
Yo creo que un buen libro es el que hace disfrutar. Yo quería hacer algo así.
De autores nacionales yo crecí leyendo a Jordi y eso se me nota. Las frases cortas, dialogando... se me nota, no lo puedo evitar.
¿Que esperas de este nuevo libro?
Realmente, si te digo la verdad, ya no espero tanto. Antes sí que me gustaba mucho más beber de la recepción del público, pero llega un momento en el que aprendes que tu esfuerzo y lo que has trabajado también tiene valor por sí mismo. Tu has hecho algo que ahora quieres compartir y ya está.
He aprendido a tomarme muchas cosas de la promoción con mucha más calma. Creo que ha sido algo muy sano.
De este libro no espero nada. Espero que guste, en realidad deseo que guste. Deseo hacer disfrutar a la gente.
Como escritora, ¿cual sería tu mayor logro?
(risas) Ni puta idea. (risas) [Alba me dijo que lo pusiera literal] Para mi es escribir en mis horas más bajas y deplorables de la depresión. Porque eso es lo más duro para mi.
Cuando estaba a pastillas por la mañana y por la noche era incapaz de ponerme a hacer cosas de la universidad, incapaz de todo y, aún así, yo escribí una novela. Escribí “La Chica del León Negro” y, para mi, haber conseguido ponerme a hacerlo (me daba igual el resultado), era un logro. Es de lo que más orgullosa estoy. Orgullosa y agradecida.
¿Cual dirías que es el personaje de tus novelas que más se te parece?
Uh... ahora mismo probablemente sería Emily. Pero durante mucho tiempo yo fui más parecida a lo que sería un John o un Pascal.
Ahora estás trabajando en el mundo del teatro, ¿cuando te interesante en ese mundo?
Pues tampoco te sabría decir un momento concreto (risas). Ya de adolescente leía de todo, me empezaron a pasar por las manos obras de Shakespeare, Lope,... sobretodo teatro clásico. El teatro contemporáneo me acerqué más tarde.
Me interesaron los tipos de historias, eran apasionantes. Y leer a Shakespeare... yo creo que a Shakespeare hay que leerlo en distintos momentos de tu vida porque te va a transmitir algo distinto en cualquier situación.
Luego ya en la facultad muchos de mis profesores se dedicaban al mundo del teatro y entienden el teatro como algo que va más allá del texto y que hay que estudiarlo como un arte total. Hay que estudiar la representación, la actuación, el montaje, todo.
Y de ahí sí que saqué el gusto de ir cada vez que puedo a ver una obra al teatro. Entrar allí tiene su magia.
Lo de empezar a trabajar fue por prácticas de la universidad y al final me quedé.
¿Has escrito alguna obra teatral?
(risa avergonzada) Sí. De hecho, para mi trabajo de TFG (Trabajo de Fin de Grado) mandé a la porra todas las normas de presentación (había que hacer tesis, investigación,...) y presenté una obra de teatro. El decano puso el clamor en el cielo, al vicedecano le encantó la idea y yo salí con mis tres cojones a defender aquello y al final acabé teniendo la mejor nota (risas)
Pero bueno, en mi grado me la armaron porque yo iba con el mejor expediente de mi clase y me dijeron: Te la vas a cargar por no querer seguir las normas.
Pero es que yo estaba harta. A mi los trabajos académicos no son algo que me apasione y decidí que ya que lo haría (el TFG), lo haría a mi manera.
¿Te veremos actuando en alguna obra?
¡No, nunca! (risas) A mi lo que me gusta es la dirección. Y, de hecho, he hecho de ayudante de dirección. Pero actuar no.
¿Te imaginas dirigiendo alguna de tus novelas si se adaptaran al teatro?
Eso no. De mis novelas no (risas). Me imagino dirigiendo textos de otra gente pero los míos no me creo capaz de dirigirlos.
Aunque los escritores siempre dicen esto y al final acaban haciéndolo a si que ya veremos.
¿Como te sentirías si llevaran tus novelas a la gran pantalla?
Me caería de culo (risas). Literalmente. ¡Estaría tan agradecida!
No acabo de entender el reproducir en la pantalla una novela tal cual es. Yo creo que son medios distintos y me gustaría ver los cambios que hacen para contarla.
Yo creo que cada tipo de historia debería estar adaptada, debería ser única y debería servir solo para el medio en el que funciona.
De hecho, el mejor consejo de escritura que me han dado es: cuenta una historia que solo una novela pueda contar.
Yo si alguien quisiera filmar alguna de mis novelas le diría: ahí tienes. Haz lo que quieras. Luego ya veré el resultado y te amaré por ello.
¿Ahora que vas a hacer? ¿Estás trabajando en algo nuevo?
Me matan cada vez que respondo a esto en las presentaciones porque llevo 2 meses intentando acabar los 2 últimos capítulos de una novela y no lo consigo. Estoy trabajando tanto y de promo que no encuentro el tiempo para acabarla.
¿Puedes contarnos algo de ese proyecto?
Sí, si puedo. Es fantasía; es una trilogía y sobretodo se inspira en chanchullos políticos en formas de política de la antigua Grecia y Roma. Me encantan los debates estos de: ¿Era la tiranía legítima? ¿Era la democracia el mejor de los sistemas? ¿Qué pasó con la monarquía y la república en la antigua Roma?
Hasta aquí llega la entrevista y espero que os haya gustado. A mi me ha encantado entrevistar a Alba. Pronto reseñaré su nuevo libro
¡Hasta la próxima!😘
PD1: Se aceptan correcciones.
PD2: Espero que te haya gustado como ha quedado, Alba.
PD3: No os olvidéis de comentar y de seguir al blog o cualquiera de mis redes sociales, ¡me ayudaría mucho!
¡Bienvenidos todos en este día tan especial! O eso es lo que me gustaría haber podido decir ayer. Así que vamos a hacer una cosa, un peque...
